La voz del patriota
Esta semana, la comuna de Pelequén celebró su tradicional «Semana de la Sandía», celebración costumbrista que marca el final del verano en la comuna de Pelequén. En una semana de juerga con cerveza producida en Molina y envasada en Estados Unidos, se desató la tradicional jornada de desfloramiento forzoso de las muchachas que cumplían 14 en los galpones de conservación del heno, produciendo nuevos impulsos a la alicaída tasa de natalidad, deber patriótico nacional, y severas alergias a causa de la fricción con el pasto, todo impulsado por la gentil repartija gratuita de bebestibles etílicos por la Sociedad de fomento de la familia.
Sin embargo, este clima de embozo y algarabía se vio repentinamente opacado por la tragedia. Cuando concluía la competencia de cabeceo de sandías, donde ganaba quien lograba cabecear la sandía más grande reventándola, en la competencia de eructos un atroz error doble llenó el lugar de tragedia. Así, Ramiro Concha y su madre, Mercedes Concha, nos cuentan:
«Estaban tomando aire para seguir lanzando eructos y medirlos con el contador de decibeles, cuando al menda se le va el aire al guerguero. Se le infló la tripita, y se le reventó la tripita. Saltó todo y salpicó por todos lados, la gente creía que eran restos de la competencia de romper sandías».
Las ambulancias tardaron en llegar, porque los paramédicos estaban en evidente estado etílico a solo veinte metros. Se estableció un nuevo récord en el vómito veloz que llega más lejos, de 9,33 metros en 4 segundos y medio. La competencia de reventado de sandías fue dedicada al niño «que está por nacer».