«Algo salió mal», el nuevo órgano oficial de la revolución que se avecina, no desconoce su responsabilidad como medio de comunicación social y busca evitar que sus páginas se conviertan en una caja de resonancia donde todos creamos que nuestras ideas son ampliamente aceptadas y no nos demos cuenta que hay visiones divergentes, estrellándonos con la dura realidad de obtener solo un 2 por ciento en las elecciones cuando jurábamos que la estábamos rompiendo. Eso, y la necesidad de proveernos de fondos para poder llevar nuestro periódico a las prensas es que hemos admitido a un grupo de jubilados de las cuatro ramas de las fuerzas armadas y de orden del Hogar de Montepiados Número 7 de Peumo que pagan parte de sus jubilaciones para que insertemos su órgano oficial, que han llamado

LA VOZ DEL PATRIOTA

La profanación de Baquedano

LA CEMANA POLITIGA

Finalmente el marxismo internacional ha logrado todo aquello que se ha propuesto desde el aciago 18 de octubre aquel en que el terrorismo hiciera mella en las cabezas de las juventudes chilenas y los llevaran a abrazar las doctrinas del marxismo leninismo que siembra pensamientos de odio hacia nuestros benefactores: botar la portentosa y varonil ecuestre que homenajea la memoria del General Baquedano, héroe de tres guerras: la Chileno-Peruana, la Chileno-Boliviana, y la Chileno-Protomarxista, cuando un mal presidente, el señor Balmaceda, quería quitarle sus tierras y sus fortunas a los honrados trabajadores del salitre chileno para regalárselo a una cáfila de funcionarios corruptos para que hicieran con ellos lujos que este país ni otros habían todavia conocido, como redes de ferrocarriles (que nuestro Presidente Pinochet erradicó definitivamente, por poco rentables), hospitales (que nuestro presidente Pinochet privatizó definitivamente, por poco rentables) y educación (que nuestro presidente Pinochet privatizó definitivamente, por poco rentables). Por eso que el Presidente General Carlos Ibáñez del Campo, en su primer gobierno (donde fue elegido por un 99 por ciento de los votos, el porcentaje más alto de una elección, solo superado por la cantidad de adhesiones que el pronunciamiento militar recibió en solo sus tres primeros días, cuando solicitamos que no hubiese más adhesiones por genuina modestia) acudió a la suscripción popular y juntó suficiente dinero para erigir un bello monumento ecuestre (cosa que ni los marxistas son capaces de hacer para mandar a imprimir doce carillas todo piñufas) que desde ese entonces marca el punto del centro de Santiago donde se separan las personas de bien de los funcionarios públicos. Lamentablemente el General Ibáñez del Campo fue brutalmente derrocado por una conspiración marxista, parecida al movimiento terrorista 18 de octubre, pero luego volvió victorioso en 1952, a los hombros de Jorge Gonzalez (el bueno, no el resentido efebófilo). Por ello que la profanación de aquel cenotafio es una afrenta directa contra la memoria del buen ejército y los chilenos de bien que amamos la patria. En unos años más, cuando el soldado vuelva a su casa tras haber vencido en la lid el atrevimiento de Demóstenes, el diablo en persona, encarnado en la conurbación marxisto judeo onista (de Onur, el dueño de la ONU que lleva su nombre, quien solo quiere tener 200 odaliscas a su lado) su nombre será recordado, el gobierno de Sebastián Piñera añorado como tiempos de abundancia, donde nunca le faltó su plato de comida a todo aquel que estuviese dispuesto a trabajar duro por él, y finalmente se hará justicia, bautizando a la región de Valparaíso, Valparaíso del General Augusto Pinochet Ugarte. Y junto a la tumba del soldado desconocido se erigirá la tumba del Carabinero desconocido, el carabinero desconocido que cegó los ojos de los terroristas que destruyeron la ciudad el 18 de octubre evitando un mal mayor. — Capitán de Fragata Arturo Arancibia Benítez