La voz del patriota
Mural firmado por «Mon», que en realidad es «Demon», es decir, demonio en inglés.
Conmoción en el ambiente de la cultura nacional ha causado la vulgar intervención de Monserrat Bustamante, conocida en el mundo del hampa por el alias de “Mon Laferte”, en la ciudad portuaria de Valparaiso.
Los extremistas de izquierda insisten en llamar arte a semejante vulgaridad, que horroriza a los chilenos bien nacidos en la patria de los libres y los valientes, pero poco se ha hablado del turbio financiamiento que tendría este mal llamado mural, que este servidor solo considera como un rayado ordinario y maloliente lleno de mensajes crípticos que llaman a la guerra de clases y la dictadura del proletariado.
¿Sabía usted que un primo en tercer grado del cuñado de Mon Laferte fue enjuiciado el año 1996 por posesión de drogas en Talagante? ¿Existen vínculos con el narcosocialismo y el grafitti de esta supuesta cantautora? Nadie puede asegurar que es así, pero nadie puede asegurar lo contrario. Es sano, patriótico, tener un margen de duda sobre estas personas adoctrinadas en el odio de clases cuyo principal rol en la sociedad no es más que el de confundir generaciones con discursos de odio y desnudismo pornografico.
Lejos están esas noches de tertulias familiares viendo Martes 13 y tomando té con la querida señora, luego de un largo pero digno dia de trabajo, cuando la cultura era ver a Chechito Hirane, amigo personal, y disfrutar de un asado con los colegas del trabajo amenizados con los Cuatro Cuartos y los Grandes Éxitos de Bigote Arrocet. Hoy los jóvenes prefieren el degeneramiento, por eso aplauden cuando ven una obra pornografica como la de “Mon Laferte”, porque tienen el cerebro cocido con inyecciones de marihuana y cocaína, la misma droga que los parientes de esta susodicha agitadora de extrema izquierda mueven entre las poblaciones adoctrinando jóvenes descarriados con mentiras de igualdad y dignidad, palabras manoseadas por el socialismo ateo depravado que gusta de ver a una mujerzuela metiéndose una frutilla por sus partes innombrables. ¿Es esto lo que queremos legar para el futuro?
No, señores, y señoras por extensión, lo que el Chile del presente y del futuro desea y necesita es su glorioso pasado, con desfiles militares, misas y silencio por las noches, la tranquilidad del toque de queda, el orden de las escuelas numeradas, niños buenos bien peinados y bien uniformados, sin musica de rock y reggeaton que pervierte las mentes sanas de los niños induciéndolos a las drogas y al sexo promiscuo fuera de la santidad del matrimonio, pues todo eso es lo que envuelve esta musica y pseudoarte de la cual es cabecilla Mon Laferte.
Sus vinculos con el narcosocialismo son mas que obvios, el gobierno dictatorial de Nicolas Maduro y la mano cubana se dejan ver en los trazos y diablos dibujados en la fachada de dicha casa, los colores que escogió solo podria haberlos escogido una persona bajo los efectos de una droga alucinogena como la marihuana, planta ampliamente cultivada en la dictadura sandinista de Daniel Ortega en Nicaragua, y exportada por Mon Laferte en sus frecuentes viajes de gira donde teletransporta grandes cantidades de marihuana, cocaina y pasta base para repartirlas entre los asistentes de sus orgías de sexo y depravación donde ella canta incitando a las masas a desnudarse y tener relaciones carnales sin discriminar sexo, edad o raza.
Existen antecedentes de que además de los gobiernos latinoamericanos sumergidos en el caos y descontrol del comunismo, por encima de todos ellos, está el régimen asesino de Xi Jinping, un ávido consumidor de pornografia de jovencitas en traje de baño y de marihuana norcoreana, controlando directamente a “Mon Laferte” como parte de su proyecto secreto de control mental, para difundir por todo el mundo los ideales chinos de depravación y perversión sexual y así mover por todo el mundo la droga que hace que el régimen chino no colapse al igual que lo hace Venezuela y Nicaragua, por los mismos pasos que va la Argentina socialista de Fernandez-Fernandez.
Dios Altisimo salva a Chile del destino al que nos conducen los comunistas sin Dios y sin Patria, y llévanos hasta la Gloria misma del orden y la rectitud… es la humilde plegaria de este servidor, temeroso de Dios y ferviente amante de su Patria, que la quiere ver libre sin comunistas, negros o judios.● Reportaje de Eladio Correa Ruiz-Tagle