Una trama de ficción

Después del fiasco de educación 2020 no es aconsejable señalar una fecha exacta en los guiones distópicos. Sólo diré que próximamente, —esto puede ser meses o años— cualquiera podrá contar con la capacidad de cómputo que hoy dispone una gigante multinacional como Google, en una computadora del tamaño de un cajón de manzanas.
Ese aparato, que un principio será caro, deberá ponerse a disposición del público masivo porque así funciona el mercado del hiperconsumismo: es impe-rativo que las grandes mayorías con capacidad de endeudamiento compren los productos de moda. Esto pasó, por ejemplo, con las parkas de pluma de ganso que para algunos era obligatorio comprar hace unos años atrás. Me pregunto cuántos de esos disciplinados consu-midores realizó alguna expedición a la Antártica; hoy esas chaquetas yacen en el fondo del ropero desgastadas y sebosas sin haber sido jamás expuestas al viento blanco que sopla en la cara norte del K2. Asímismo les pasa con sus teléfonos que deben costar, obligatoriamente, un décimo de un auto nuevo; y sus autos con doble tracción cuando el obstáculo más difícil que han debido sortear es a un mala-barista pidiéndoles propina.
De lo que se trata es de la excedencia, de tener más caballos de fuerza de los necesarios, y de pagar más.
Porque aunque usted no lo crea existe ese tipo de personas que trata de pagar por todo, incluso trata de pagar más de lo que valen los productos. Es una cuestión de estatus: el colegio pagado es mejor que el municipal, y hacer cola en un centro médico con envoltura de mall es más digno que hacerlo en el CESFAM Clotario Blest, aun si los tiempos de espera son los mismos o peores.
Como la máquina capitalista sigue funcionando, próximamente tendremos la capacidad de procesamiento de datos de hoy de todo silicon valley en un teléfono robado y con la pantalla trizada.
Pero antes de eso podremos armar-nos un super mega hiper computador, con partes compradas o “movidas” a precios equivalentes a los que hoy cuesta un computador normal. Habrán cambiado los estándares.
Cuando eso ocurra no habrá incon-venientes para que una banda de hackers, activistas, extorsionadores, radicalizados políticos o narcos que opere desde alguna favela, villa miseria o campamento, esté en condiciones de vulnerar las medidas de seguridad de gmail, facebook o instagram.
¿Será ese el comienzo del fin? Dependerá de otros factores, lo que sí sucederá, y allí dejo mis cinco lucas apos-tadas, es que algo del mundo cambiará.
Como dicen los esotéricos: ya entra-mos a la era de acuario, por lo que todas esas verdades amargas, guardadas bajo siete candados de los piscis saldrán a la luz.
Es interesante como esas premo-niciones comienzan a tener asidero en el mundo convulso que vivimos, desde la pederastía institucionalizada de la iglesia católica hasta el cotejo público de las biografías de cada autoridad pública son escrutadas por millones de personas, permitiendo vetarlas.
Mi apuesta, para que quede clara, es que en poco tiempo alguien, quizá un grupo organizado, logre dar con toda la información que rigurosamente se ha recopilado de cada uno de nosotros por los sistemas de espionaje comercial de las redes sociales virtuales y sistemas de mensajería instantánea.
Creo que el gran problema siempre ha sido el de producir tanta información y acopiarla, sean las SS, la CIA o la STASI, es que si tú colectas una cantidad enorme de datos sobre la vida privada de las personas, algún usuario no autorizado podrá accesar a ella y para fines distintos que los definidos previamente por la institución.
Se ha demostrado que no hay encriptación que valga, todo sistema puede ser vulnerado.
Si estas empresas escrutan todo de nosotros con el fin casi exclusivo de vendernos chucherías, alguien, en algún momento, contando con la democra-tización inevitable de la tecnología, podrá vulnerar la seguridad de estas multi-nacionales y leer nuestras conversaciones privadas.
Usted recibirá un mensaje de este tono, “si no deposita tanto dinero en el banco tanto tal persona sabrá que usted hizo o dijo lo siguiente”.
Cuando llegue ese momento más de alguien encontrará que el modo de lidiar con esas amenazas será contraatacando con la verdad total, y ese alguien podrá hacerlo.
Será tecnológicamente posible y por lo tanto inevitable que alguien lo haga.
En tuiter habrá un mensaje “he liberado todas las conversaciones por wasap del planeta y las puede leer desde este link”.
Ocurrirá más temprano que tarde.
Le debo cinco lucas si me equivoco. — PITONIZO ■


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